Un camino de tierra, un puñado de álamos y cañaverales parecen ser el fondo de un género al que se le superpone un tejido. Pero se trata del paisaje de El Cercado, una pequeña localidad de Monteros, que se puede divisar detrás de una randa tensada en un bastidor. Están trabajando las randeras, con hilo negro, y hablan ahora de moldería, figurines y fichas técnicas. Es que la unión entre el diseño y la artesanía, que ya se había logrado en otras oportunidades (leer “Una artesanía preservada”) ha sumado otro logro: esos tejidos serán parte de una colección junto con la marca tucumana Clara Rosa que subirá a la pasarela más importante del país, la del Buenos Aires Fashion Week (BafWeek).

El objetivo principal de la colección Monte es rescatar, revalorizar y reposicionar desde una mirada contemporánea a la randa como tejido, pero también como poética y tradición tucumana, explica la diseñadora Sabrina Sastre, a cargo de Clara Rosa. Ella y la randera Claudia Aybar se conocieron en mayo del año pasado, en la feria Puro Diseño. Ambas estaban en el stand de la Provincia, coordinado por el Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán (Idep). “Tuve la suerte de escucharla (a Claudia) transmitiendo su saber. Mi entusiasmo fue tan grande que le pregunté si podía ir a El Cercado a conocer más sobre la técnica. En marzo de este año hicimos nuestro primer trabajo en conjunto con las randeras (también trabajan Ana Toledo y Elba Aybar) y a partir de ahí les dije que se prepararan para la nueva colección de Clara Rosa, aún sin saber que luego seríamos seleccionadas para BafWeek”, comentó Sabrina. Después participarán de la pasarela latinoamericana “Latin Trends 2014”, que se realizará en Santiago de Chile, del 19 al 21 de agosto, con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y la Fundación Exportar.

A Claudia Aybar, que empezó a trabajar a los 17 años en este quehacer de agujas e hilos de algodón, este logro no las tomó por sorpresa pero sí las llena de orgullo. “Para nosotras es algo muy importante este desfile. Porque ya venimos trabajando con diseñadores y visitando ferias importantes del país. Esto es lo mejor que nos podía pasar, es a lo más alto que podíamos llegar”, destacó la artesana. Junto a algunas compañeras de El Cercado en este momento están trabajando con pedidos de particulares, de diseñadores tucumanos y también realizan sus tejidos para la próxima colección primavera/verano de la marca porteña Vero Alfie. Claudia agrega que el haber “salido” de lo tradicional, que eran las carpetas o los pañuelos, han podido darle otra dimensión a sus tejidos; ahora hacen todo tipo de prendas y utilizan una gran variedad de hilos. “Todo esto no lo hubiésemos logrado sin el apoyo del Idep”, dicen a coro Claudia y Sabrina, que en este momento producen la colección completa que será presentada el 15 de agosto, a las 17, en la pasarela Mapa de Diseño INTI del BafWeek .

Monte

La estampa fue lo primero que pesaron en Clara Rosa antes de desarrollar la colección. El trabajo de diseño gráfico donde se digitalizaron y compusieron los rapports (gráficos) para la colección se realizó en el estudio de Pablo Correa Senastri. Luego, el proceso de tejido de randa se trabajó íntegramente en El Cercado Monteros. “Fue un gran desafío, tanto para las randeras como para Clara Rosa. Un gran intercambio de lenguajes y saberes”, destacó el equipo. De ese diálogo entre Clara Rosa y la randa nacieron prendas con tejidos y estampas que exponen la riqueza visual de la vegetación de la provincia, como árboles, arbustos y hierbas de los valles. Esa convivencia entre lo ancestral y lo digital la llevarán prendas de sastrería, como sacos y chalecos, bermudas y pantalones amplios y con pliegues, también sobrefaldas, tops, vestidos y enterizos. Los géneros utilizados incluyen seda, gabardina y tejidos de algodón. En el caso de la randa, se presenta en todas sus escalas y grosores de hilos (de coser y hasta cordones de algodón). Aybar resalta que si bien predomina la randa en color negro, se podrán ver piezas en blanco y natural; también hay mallas tejidas en randa bordadas y mallas sin bordar; mientras que las transparencias estarán marcadas por seda y tejido.

“Admiro el paisaje y la tranquilidad de El Cercado. Estoy asombrada con la generosidad de la gente del lugar. Las randeras abrieron las puertas de sus casas para trabajar, para compartir su material y su saber. Aprendimos nuevos lenguajes y pudimos entendernos. Ellas tuvieron que familiarizarse con términos como moldería, figurines y fichas técnicas, y yo fui conociendo más sobre el tejido, aprendiendo un nuevo vocabulario”, reflexionó la diseñadora sobre esta dupla que reinterpreta esa tradición cultural.